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Numismática en Telecinco y el comercio de monedas


La publicación de un reportaje por Telecinco, del qué podéis leer una magnífica reseña en el blog de Adolfo, junto con la discusión en este hilo del foro Imperio Numismático, me ha inspirado para la entrada de hoy.

Antes de nada me gustaría remarcar que únicamente voy a dar mi impresión, como he visto que ambos enlaces han acabado como el rosario de la aurora, agradecería que antes de barrer para donde uno mismo se lea dos veces el párrafo.

Sobre el vídeo publicado y que se puede ver aquí abajo, no voy a entrar en la moralidad del comportamiento exhibido por los comerciantes, lo que sí, indicar que está muy en la línea de la cadena, acudiendo a personas que compañeros que acuden a ese mercadillo conocen por tener únicamente puestos con monedas falsas y una ignorancia completa sobre tasación de monedas (bien patente lo deja el que ofrece 8€). Sí me gustaría aclarar un par de aspectos que me parecen importante.

Yo no suelo tener correos preguntándome por la tasación de monedas pero es cierto que mucha gente las tiene en casa, guardadas de viajes o de sus antepasados y raro es que no experimente con preguntar cuánto valen. Siempre se recomienda decirles de primera que no piensen que eso es un tesoro. Lo sé, lo primero que pensaréis es “¿pero, y no sería posible?” “¿no me estarán engañando?” “A mí me dijeron que esto era una colección muy importante de la familia, así que algo de valor tendrá”. Lo más probable es que no; como anécdota para desengañar en todo un año leyendo esas preguntas solamente vi un caso de que la moneda, heredada, fuera de verdad un tesoro, y la había publicado una persona que también era coleccionista, pariente y coleccionista sabían lo que tenían aunque dudaban de su autenticidad; así que está claro que sí es posible, pero ya se ve que no muy probable.



¿Por qué remarco tanto esto? Por la orientación que tuvo el reportaje, cualquiera podrá pensar que esas monedas, una peseta de Franco, Amadeos, Alfonsos XIII y moneditas de cobre, que tenemos todos en una caja guardadas podrían valer miles de euros. Faltó señalar algo muy importante, las monedas usadas en el reportaje estaban en una calidad muy buena, calidad que no se encuentra en monedas guardadas sin protección durante años en un bote por la oxidación y contaminación que sufren por el paso del tiempo sin haberlas conservado correctamente. Si abrimos ese bote y comparamos nuestros duros de plata con el Amadeo o los cobres, se entiende a lo que me refiero.

Puede que nuestro pariente fuera aficionado a la numismática pero siguiera una forma de coleccionar que dañe las monedas, no es que sea algo malo de inicio, dado que las guardaban y conservaban con la mejor intención, igual que nosotros, pero si su clasificación suponía pegar una etiqueta a la moneda, guardarlas con un papel al lado, usar celo como fijador, todas técnicas que antiguamente se hacían y que con el paso del tiempo han demostrado ser muy nocivas para la conservación de las piezas. La calidad en qué se encuentren después de envejecer durante todos estos años es un factor que hace oscilar de nuevo el precio de pocos euros a miles por la misma moneda, las más sanitas serán muy apreciadas mientras que aquellas que llevaban una mala vida sin ser conscientes hoy sufren achaques (espero me permitáis el símil médico, hoy llevo el día saturado con enfermedades varias y la cabeza no me da para más).

Además, España, durante casi toda la emisión de la peseta, grabó en unas estrellas unas fechas incusas. Aunque yo personalmente no colecciono por estas fechas (decisión personal de coleccionista) lo más común es que los coleccionistas del Centenario sí lo hagan, de tal manera que existen fechas muy valoradas que pueden llegar a alcanzar miles de euros de diferencia con su hermana más ordinaria. Estas monedas son escasas, algunas veces la tirada fue de decenas o cientos de ejemplares, y en otros, simplemente fueron acuñadas para coleccionistas pudientes de la época y son sus herederos quienes las conservan.

Como veis, la realidad no es tan drástica como la vista en el reportaje; el bote de monedas tendrá mucho valor sentimental, el económico no nos sacará de pobres.

La segunda impresión que me gustaría comentar, es la referente a la compra y venta de monedas. Aspecto que ha levantado muchas ampollas pero me gustaría hacer una reflexión: he visto muchas quejas en los comentarios del hilo de Adolfo sobre si es lícito que un comerciante ofrezca cantidades ridículas cuando la moneda es comprada y pretenda venderlas con ganancias del 200%, si no más a veces, cada uno con su ignorancia o su conciencia, hay de todo en este mundo, y debo reconocer que no me he encontrado muy a menudo con gente así y aunque el conocimiento es poder no podemos ser eminencias en todos los campos y a veces dejarse guiar es una perdición y la solución, a la vez.

Suponiendo que el comerciante no busca un lucro desmesurado sino que pagar mucho por las monedas le supone tener más capital parado mientras ésta no se venda (cosa que puede suponer perfectamente esperar años) y no pueda afrontar semejante inversión (aunque no es menos cierto que es la avaricia la que puede hacer que uno se lance a la piscina y conseguir LA MONEDA a un precio ridículo y sin riesgos para su patrimonio, todos actuaríamos igual si se nos presenta el caso y pretender rasgarse las vestiduras gritando soy honrado a mí me hace sospechar).

Pero, yo quiero vender mis monedas, ¿adonde las llevo? Si no quieres ser timado no te quedará otra que aprender, si te da igual lo mejor es que lleves el bote al mercadillo y no le des muchas vueltas (evidentemente, tampoco vayas y se las lleves al chatarrero o al falsificador). ¿Seguir el consejo de llevarlas a la AENP o una casa de subastas? Yo personalmente sólo lo haría con una colección grande que vea clasificada y para monedas verdaderamente antiguas (romanas, medievales y modernas) como las tasas a pagar en este caso son bastante elevadas y JAMÁS ganaremos el dinero que nuestro pariente pagó (recordemos, si queremos hacer negocio, tenemos que aprender el mundillo) también cabe la opción de llevarlas a una tienda numismática que trabaje la moneda de la época que queremos vender y pagar una tasación de las monedas para saber lo que tenemos. Si es que al final más que darte dinero, te lo quita!

Ahora sí, para teminar, algunos comerciantes tienen el pensamiento de “te las compro baratas para llevar un margen y menganito que sé que me las compra pues la vende de nuevo con su margen de ganancia” con lo que la tasación recibida será a la baja. En mi opinión tal proceder, supone incrementar innecesariamente el número de intermediarios de una manera similar a la que sucede en el comercio de fruta, ¿por qué yo pago 4€ por el quilo de cerezas mientras el agricultor recibe unos pocos céntimos? (digo cerezas porque es temporada y están bien ricas las jodías). Por la cadena de distribución de intermediarios. Querer hacer lo mismo con la numismática es, en mi opinión, un error; hoy en internet podemos vender cubriendo mucho más mercado en nuestra tienda virtual y es perfectamente posible evitar escaladas de precios inútiles. Pero bueno, cada uno hace los negocios como quiere.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Creo que no solo se trata de echar culpas a todo tipo de vendedores (profesionales, coleccionistas-vendedores, mercaderes, chatarreros, timadores...), muchas veces también hay que mirarse el ombligo y pensar que algo de culpa podemos tener los coleccionistas.
Considero que compartir información debería ser una idea básica en todo coleccionista. Ya sé que conseguir conocimientos cuesta tiempo, trabajo, dedicación, comprar libros...pero esto se trata de una afición y no una competición por tener la mejor colección.
Personalmente no tendría ningún problema en aportar mis conocimientos a cualquier coleccionista (evidentemente con el que tenga o pueda tener de cara al futuro una relación de colegas de afición, no al listillo de turno), porque una de las cosas más bonitas de esto es poder charlar con otra gente de monedas, ver otras colecciones, intercambiar libros...
Y si alguien me pregunta dónde puede comprar X monedas al mejor precio posible se lo diría, que como decía uno en no me acuerdo donde...será por monedas y vendedores!!!
Y al contrario lo mismo...a cualquier colega le diría dónde no comprar nunca!!!
Estoy seguro de que más de uno no piensa como yo, pero cada uno con sus conocimientos evidentemente hace lo que quiere. Desde luego que no voy a ganar en la competición por se el mejor, pero disfrutaré mucho por el camino con otros que creo que piensan como yo.
Pablo
Rubén López-Cortés ha dicho que…
Tienes mucha razón Pablo. Es muy común el comportamiento que comentas, ese secretismo que siempre rodea a la numismática.
Con otras aficiones no nos comportamos así, si conocemos una tienda en qué venden material deportivo barato allí vamos con todos nuestros amigos; si la cala ésa apartada que está yendo para el pueblo del "motos" es un rincón apartado y estupendo para practicar surf; allí vamos todos y lo damos a conocer a otra gente... Esto no pasa con nuestras colecciones numismática. ¿Por qué? ¿Quizá por su gran carga cultural y elitista? ¿La exclusividad?...
Personalmente yo tampoco tengo problemas para compartir lo poco que sé, y doy fe de que no tienes problema ninguno en recomendarme tal o cual vendedor! Afortunadamente hay mucha gente como tú, desgraciadamente queda mucha que no lo es.

Saludos Pablo, a ver si nos vemos un día de estos :)
Anónimo ha dicho que…
Sobre el tema de la entrada no voy a opinar, que suficiente he dicho ya en los dos enlaces que ha puesto Rubén al principio.

Sólo quiero apuntar que vender monedas no es algo trivial, encontrar un comprador que sepa apreciarlas y sepa pagarlas al precio que merecen no es sencillo. No creo que fuese a compensar a quien haya heredado una colección "normalita" (digamos que de menos de 10.000 euros) dedicarse a encontrar compradores.
El asunto que apunta Pablo es muy importante: el enorme secretismo que hay en la numismática. El valor añadido de los profesionales y de los coleccionistas aventajados es simplemente saber más que los demás, por eso lo que se hacía hasta hace muy muy poco es no decir nada a nadie. Lo que yo sé yo me lo guardo y yo me lo quedo.
Ahora eso está cambiando gracias a la Web. En EEUU hay cambios evidentes en los que hay muchos profesionales que explican muchas cosas en sus webs. En España no conozco a ningún profesional que haya cambiado su modelo de negocio en ese sentido. Algunos aficionados que tenemos blogs y participamos en foros somos los que lo movemos.

Ahora bien, hay gente al que le das la mano y te coge el hombro. A mí me han llegado a mandar unas fotos hechas con el móvil para preguntarme por cuánto se puede vender cada moneda y a quién en Sevilla. ¡Tócate los pies! También me han preguntado que qué lotes veo baratos de una subasta y por cuánto pujar por ellos para sacarles un beneficio. ¡Ahí es nada!

saludos,
Adolfo

P.D.: a mí también me encantan las cerezas :)
Rubén López-Cortés ha dicho que…
Ha sido un reportaje que por lo que he visto ha levantado muchísimo revuelo, especialmente en el foro, desde luego más de lo que has dicho no puede pedírsete.

Creo que este reportaje ha dejado mal parados a los comerciantes, lo cierto es que sí y que algunos esa horrible fama se la tienen muy bien merecida. Lo que no se puede negar es, secretismo aparte, que el que una persona acude a una tienda numismática intentando vender algo y la mayoría de las veces no se le preste ni atención, y, cuando sí, reciba a cambio una cantidad minúscula. La forma de actuar que escribió Luis en tu blog me parece, de todas las que leí, la más honrada; desgraciadamente no es la más común que he visto, al menos por Galicia, y acaban cayendo todos en el mismo saco.

De los compradores también se podría decir mucho, los casos que comentas me parecen claramente de jetas, tampoco, afortunadamente son los más comunes; pero sucede lo mismo, si compramos barato y a un precio ajustado ya recibimos el despectivo "chollero" que en ebay está a la orden del día...

En fin, esto es España, y si no rajamos de lo propio, no seríamos españoles jeje.

Un abrazo Adolfo!!

PD: si vienes por Galicia un día a sacos te las llevas, me las regalan y es que no sé que hacer ya con ellas!!
Anónimo ha dicho que…
Simplemente planteo el problema desde otro punto de vista.
El que es chorizo lo será siempre. Y mangantes, timadores, falsificadores, etc. los habrá siempre en este mundillo.
Pero cuanta más información tengamos los compradores, simplemente intercambiando información entre nosotros, más fácil será fastidiarles el negocio a toda esa panda que lo único que hacen es quitar a más de uno las ganas de seguir coleccionando.
En Imperio por ejemplo hay varios post hablando sobre falsificadores en ebay, y también está el tema de la subasta de Vico...esto por un lado es bueno para los coleccionistas, que estarán mejor informados a la hora de comprar, y por otro lado es un puñetazo bien dado al comerciante de turno. Es la única forma de cerrarles el chiringuito o al menos reducirles el negocio notablemente. Y ellos mismos tienen miedo a las consecuencias de esta publicidad negativa contra sus negocios, porque Vico por ejemplo ya lo dejó claro intentando arreglarlo con buenas palabras. No sé si tiene razón o no, ni voy a entrar en eso, pero desde luego que a partir de ahora mirará con tres lupas diferentes cada una de las monedas antes de sacarlas a subasta...
Pablo
charro ha dicho que…
Hola
¿Hace años en la misma plaza de Madrid, pregunte sobre si tenían resellos o marcas en moneda medieval…? La respuesta fue algo así como…pero que dices llevo casi toda mi vida en la numismática y es la primera vez que oigo eso…
Y sin disculpar a nadie, había que preguntar primero el nivel de los numismáticos del lugar ¿Quién engaña a quien?
saludos
Rubén López-Cortés ha dicho que…
Yo con lo que me cuentas manolo yo pensaría esto: "si no sabes pa que te metes?"

Creo que sé por donde quieres ir, ¿estamos engañando al comerciante pidiéndole piezas aprovechándonos de su desconocimiento? Sí y no. Sí porque si las tiene se las sacamos más baratas casi seguro; no porque no estamos hablando de una persona que carece de esos conocimientos sino de una persona que se enrogullece de carecer de ellos; señor, si no tiene ni pajolera idea de lo que vende no puede pretender que yo le enseñe a dirigir su negocio sin nada a cambio.

¿No te parece Manolo?

Saludos compañero

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