Una pasada entrada fue
dedicada a una moneda que ha levantado no pocas dudas acerca de su autenticidad
desde su aparición en los mercados a finales de los años 80, a quien le
interese puede leer la siguiente entrada: 10 céntimos de 1938 de la II República
Española. La entrada de
hoy puede considerarse una especie de continuación dedicada a una hermana del
bando nacional; irónicamente, en una especie de curioso juego que muestra la
escisión que sufrió España entre iguales, su valor es también de 10 céntimos,
son los 10 céntimos del III año triunfal.
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Moneda de 10 céntimos del III Año Triunfal, 5g y 25mm, zinc |
Su aparición en el mundo
coleccionista data del año 1973 de la mano de Vicenti, quien la consideró un
ensayo no adoptado realizado en ¿hierro? Al igual que sucedía con su hermana
republicana, no existen datos sobre ella anteriores a esta fecha, ni siquiera
en el recuerdo popular de los españoles que sobrevivieron a la guerra y
postguerra. La unión de estos dos detalles hace que sea una moneda muy
sospechosa en cuanto a su validez pues, ¿nadie se acuerda de usarla cuando
salió a circulación y todos los ejemplares conocidos datan del final de la
Dictadura?
Si analizamos el diseño
de la moneda, especialmente el referente al escudo de España, veremos que es
una vuelta atrás en cuestión de detalles: el castillo está ausente de las
juntas entre las piedras o de las ventanas, el león ha sido apenas trazado con
una línea de la que salen las patas, las cadenas de Navarra son simplemente una
serie de trazos entrecruzados donde es imposible adivinar ni un mínimo intento
de representar los eslabones o el escusón con una granada que no es más que un
punto. Si realmente fue realizada a finales de la contienda civil, ¿cómo podríamos
compararla con los 5 y 10 céntimos de 1940, en donde el escudo aparece
profusamente dibujado? La persona que lo grabó no podría tratarse de un oficial
con cierta experiencia en la elaboración de cuños, y mucho menos de Carlos
Mingo, a quien en ocasiones se le atribuye el diseño de esta pieza.
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Escudo de España para la moneda de 10cts de 1940 |
Dejando de lado los
detalles artísticos, no puede encuadrarse tampoco como una continuación lógica
para los 25 céntimos de 1937 a pesar del uso común del término “Año triunfal”,
pues, a diferencia de esta, no contiene la fecha de emisión en números,
representación verdaderamente oficial. Por último, su presunto origen burgalés
choca de frente con la realidad, aunque existió el llamado “Laboratorio del Oro
Nacional” y se realizó un proyecto de acuñación de moneda, su única actividad
fue fundir el oro recibido de donaciones a la causa nacional en lingotes. De
hecho la elaboración de los 25 céntimos del año anterior fue realizada en
Austria dadas las enormes dificultades de hacerlo en España.
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25cts de 1937 |
Si hablamos del
Centenario es casi obligado recoger la opinión de una de las personalidades más
citadas sobre este periodo numismático, José María Aledón, quien en su obra “La
peseta. Catálogo básico” escribe lo siguiente:
“Técnicamente, las
características de esta pieza la delatan como obra de fabricante de medallas o
joyería, ajeno al sistema de acuñación de moneda, ya que su exagerado relieve
nunca permitiría una fabricación en serie; en cuyo caso perderían enseguida el
grabado, que excede a la protección del listel.”
El autor no deja lugar a
dudas, el diseño de la pieza denota cierto origen de joyería, imitando las
características de las medallas y totalmente ignorante en diseño numismático.
Gran número de coleccionistas están de acuerdo con la opinión de Aledón y
consideran este detalle una prueba suficiente para descartar la originalidad de
la moneda; algunos incluso han situado su origen en el sur de España,
posiblemente por la zona de Andalucía. Este encuadre no es azaroso, el diseño
de los 10 céntimos recuerda mucho al de unas monedas de necesidad que
circularon en zonas de Sevilla como Lebrija y en Cazalla de la Sierra.
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25cts de Lebrija y 10cts de Cazalla de la Sierra; monedas de emergencia circuladas en los respectivos pueblos sevillanos y correspondientes a emisiones en zona nacional. |
La falta de decretos
oficiales por parte de la Junta Técnica del Estado y ese diseño que recuerda al
de monedas de emergencia ha llevado a intentar darle una validez como moneda
perteneciente al grupo de emisiones locales; falla sin embargo, todo lo dicho
anteriormente sobre esta moneda y, por tanto, es probable que únicamente sea
una burda fantasía.
No pocos coleccionistas
piensan así y, aunque sea vendida en toda subasta en que aparece, y a un precio
bastante elevado, que todo hay que decirlo, el sentimiento general es de
rechazo ante una pieza que está rodeada de demasiados enigmas sin resolver.
Para terminar con la
entrada, citar que en los últimos meses han aparecido en Ebay una serie de
monedas muy similares a ésta pero con fecha de “I Año triunfal” y que han
levantado ciertas dudas sobre coleccionistas muy noveles que se preguntan sobre
su autenticidad, sobre ella no hay duda alguna: es una fantasía actual
realizada con aún peor acierto que la otra, baste ver el diseño del águila y el
escudo con esos trazos gruesos, desviados y toscos, que ni en tiempos del rey
Alfonso VI se observan, para concluir que no merecen ni la más mínima atención.
Si aún no quedaran convencidos, baste señalar que la numeración del “Año Triunfal” se fijó por medio de
Decreto nº 253 en Salamanca el 12 de abril de 1937, un año después de lo que marca
este engendro.
Engendro de 10cts del I Año Triunfal encontrado en
Ebay, nótese el trazo tosco en su diseño en la ampliación realizada.
Comentarios
Yo hace tiempo que no me creo que estas monedas sean auténticas, pero como las casas de subastas rara vez indican sus dudas (Marti Hervera sí que lo dijo en su última subasta) y en los catálogos suelen aparecer como si tal cosa, el coleccionista que no está muy puesto las compra. En realidad hay a mucha gente que no le interesa que se creen dudas.
Lo mismo podría decir con los 50 céntimos de Carlos VII o con los 10 céntimos de la Segunda República. Me crean muchas dudas. Igualmente, los "duros" de Carlos VII no son duros, son medallas. Lo que pasa es que como hay mucha gente que colecciona El Centenario, estas monedas "fantasma" tienen mucha demanda de gente que no sabe que son fantasmas. Por eso a muchos no les interesa que se sepa.
Lo dicho: excelente entrada.
saludos,
Adolfo
Os cuento: de 1960 a 1964 ayudaba a mi padre en un negocio familiar, en concreto un bar, donde la circulación de los 10 céntimos era muy común. Un cliente pagó su consumición con las conocidas como perras gordas, entre las cuales venía un ejemplar de esos diez céntimos que aparecen en la foto. Yo le dije al cliente que aquella moneda no valía, pero mi padre me dijo que daba igual, que se la aceptara.
La moneda fue a parar a una caja donde guardaba algunas otras, sobre todo extranjeras, que me daban los clientes y me perteneció durante algunos años hasta que, creo recordar que en un traslado, la cajita desapareció. Estoy completamente seguro de que la moneda era esa misma, la tuve en mis manos montones de veces, más o menos del mismo tamaño que los diez céntimos del caballo que eran los corrientes.
Por supuesto, que con esto no quiero decir que la moneda sea legal o falsificada, pero lo cierto es que si existía algún ejemplar una docena de años antes de que apareciera en los catálogos, y que al menos la que yo tuve si había circulado, porque estaba algo algo desgastada.
Saludos, José Luis.
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