Aunque con un poco de (bastante) retraso, esta entrada está dedicada en conmemoración del reciente enlace entre Catalina y William. Más de un blog (entre los que se cuentan el de mi chica: mi vida en sueños) y todos los diarios del mundo han hecho eco de la llamada boda del siglo; lo que muy pocos saben es que hace 510 años los británicos disfrutaron de otra “boda del siglo” con Catalina, ésta Infanta de Aragón y Castilla.
La benjamina de los Reyes Católicos nació en 1485, destinada a afianzar las relaciones internacionales mediante un matrimonio concertado, como era usual en la época. Bajo el gobierno de sus padres España estaba naciendo como una unidad territorial con un poder ilimitado que Francia no veía con buenos ojos. La política matrimonial de Fernando e Isabel estuvo siempre orientada a mantener a raya al país franco. Catalina, con 15 años, fue enviada a Gran Bretaña desde el puerto de A Coruña en busca de una alianza con este país en la que ambos ganaban; España se fortalecía respecto a Francia y Henry VII, primero de la dinastía Tudor, legitimaba su ascenso al trono y el mantenimiento de la dinastía.
Tras una singladura de un mes por las aguas del Cantábrico y el Mar del Norte, Catalina arribó a las costas inglesas de Plymouth en noviembre de 1501; sin haberse visto ni una vez con su prometido, el 14 del mismo mes fue desposada con el joven Arthur, un chico enfermizo de la misma edad que Catalina. Los anales de la época describen este enlace como el más majestuoso de toda la Cristiandad; desde luego no hubo tantos invitados (solamente la Corte tenía permitida su presencia) ni fue mundialmente seguida (Mark Zuckerberg, Chad Hurley, SteveChen y Jawed Karim no habían nacido), pero fueron dos semanas continuadas de festejos, banquetes, bailes, justas y torneos para celebrar el “sí quiero“ entre los dos jóvenes.
Escudo de armas de la Reina Catalina con el águila de San Juan, el cuartelado de Castilla y Aragón Dos-Siciliasy el escusón con el reino de Granada. |
Sin embargo tal enlace duró pocos meses dado que Arthur cayó mortalmente enfermo a los cinco meses del enlace, enlace en el que los jóvenes amantes solamente compartieron lecho en siete ocasiones. Los planes de los Católicos se habían desbaratado totalmente con el inesperado fallecimiento del hijo de Henry VII, viéndose forzados a negociar rápidamente un nuevo casamiento para Catalina entre los Tudor si no querían perder la dote de la novia y su fuerza frente a Francia; el mismo Henry VII, viudo, fue candidato a ser el nuevo marido, aunque finalmente, tras siete años de espera, el hermano de Arthur, recién coronado como Henry VIII se casaba con Catalina.
Nunca sabremos en qué hubiera derivado el primer matrimonio, pero el segundo comenzó bastante bien con una reina muy apreciada por su pueblo y al que llegó a gobernar en calidad de regente e, incluso, dirigiendo en batalla contra una Escocia resistente a la anexión. Disfrutó del honor de compartir moneda con su marido en la Corona de la doble rosa; una moneda de oro en la que una rosa coronada está dispuesta entre las iniciales coronadas de ambos reyes: (h)ENRY y (k)atherine; gran prestigio para la época.
Crown of Double Rose de Henry VIII y Catalina de Aragón. Subastada en Pre-Long Beach del 2005 por £3700 |
El final de la historia me lo puedo ahorrar dada su fama; terminó como el rosario de la aurora con el cisma anglicano y la reina siendo despechada en favor de la amante Ana Bolena. Tras el divorcio fue encerrada hasta su muerte en 1536, aunque nunca renunció a su título real. Eran otros tiempos, sí, que esperemos que los príncipes William y esta Kate (de la que por cierto se rumorea sangre Tudor) no tengan que vivir, ni nosotros...
Comentarios
Se agradecen tus palabras, pero por participar debo renunciar a indicar cuál es mi diseño en caso de resultar entre los 5 finalistas; pero la intención se agradece!! Y mucho!! Me esforzaré!
Un saludo!
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