Ir al contenido principal

El crimen de la calle de la Balconada y la enemistad entre Pedro I y Enrique II

Aquella semana que pasó el rey Pedro I en Compostela mientras se ultimaban los preparativos para trasladarse a Bayonne, en busca del apoyo inglés para su causa no se limitó a otorgar títulos, también indujo a la comisión de un horrible crimen que, años más tarde, sería transformado en leyenda, como suele suceder.

Regía en este tiempo, la sede catedralicia de Santiago, el arzobispo Suero Gómez, que con sus 30 años de edad fue uno de los prelados más jóvenes que la hayan gobernado. Cuando el rey llegó a las puertas de la ciudad, D. Suero Gómez salió a recibirlo con doscientos hombres a caballo, retirándose, al acabar, a su residencia en el castillo da Rocha Forte, mientras que el rey se alojaba en San Martiño Pinario. Allí celebró consejo con Fernando de Castro, Suero Yáñez de Parada, Mateo Fernández y Juan Dente, para tratar la manera de frenar a los afines a la causa de Enrique en Galicia, entre los que se encontraba Suero Gómez. Algunos hablaban de encarcelarlo, pero la mayoría prefería la opción de eliminarlo, decisión que finalmente fue adoptada, encargando tal tarea a Fernan Pérez Churruchao y Alonso Gómez Gallinato. Y para perpetrar tal acto citaron al arzobispo el día 29 del mes, que acudió acompañado del deán de la catedral Pedro Álvarez.

La elección de estos dos personajes no está muy clara, según algunos historiadores, junto con su amistad por el monarca había un sentimiento de venganza en la familia Deza-Churruchao, a la que ambos pertenecían, contra las cabezas eclesiásticas que gobernaban la ciudad, que se remontaba a 1317, año en el que otro asesinato había conmocionado la ciudad prisciliana cuando la enemistad entre el pueblo y Alonso Suárez de Deza y el nuevo arzobispo Berenguel de Landoira se saldó con el asesinato del primero entre las murallas del castillo de la Rocha Forte.

En aquellos tiempos no existía la plaza del Obradoiro, sino que delante de la catedral se erguían un montón de chabolas con huertos que solían dar posada a los peregrinos que de toda Europa llegaban; en una de ellas se escondieron los dos sicarios y, en cuanto cruzó el prelado, lo acuchillaron sin piedad hasta la muerte, mientras el rey Pedro observaba, impasible, los hechos, desde las torres de la catedral. El deán, perseguido por Gómez Gallinato, logró esconderse en la catedral, pero fue acuchillado delante del altar mayor. Aunque los dos asesinos fueron excomulgados, aprovecharon para huir hacia Ponte Ucha entre el clamor popular mientras se daba sepultura al arzobispo en el Claustro Novo.



Sea como fuere, esta negra historia conocida en la ciudad compostelana, acabó derivando en leyendas sobre el crimen de la Balconada, que tras haber sucedido fue limpiada con sal y cerrada, aunque tal calle jamás existió. Se contó que en una ocasión un noble había solicitado audiencia ante el rey reclamando justicia contra un obispo enamorado de su hermana que mantenía cautivo al padre de los dos hermanos; la respuesta del rey fue clara: “mátalo allí donde lo encuentres”. El día de San Pedro lo encontró en la calle de la Balconada y allí lo mató. Toda Compostela quedó conmocionada con el crimen, cerrando casas e iglesias, teniendo que desplazarse los feligreses al vecino pueblo de Conxo para escuchar misa, derivando de esta leyenda el dicho “Vaiche na misa de Conxo” para referirse a una pérdida de tiempo, tal y como lo tenían que perder aquellos que entre ir y volver andando hasta allí les pasaba el día.

Otra versión, mucho más breve, sitúa el asesinato en la procesión del Corpus, en cruzando la calle de la Balconada hacia la rúa Nova un noble señor salió al paso del eclesiástico, asesinándolo, dando lugar a las tonadillas:

“Adeus rúa Nova fermosa, na rúa da Balconada mataron a un arcebispo e foi por una madama”.

“Preto da rúa do Villar, na rúa da Balconada, mataron al arcebispo, por celos de una madama”

Muchas veces el imaginario popular tiene historias que merecen ser recordadas, en eso Galicia es una maestra.

Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Puedo pagar con una moneda de 12€?

Todos mis lectores saben a estas alturas que Hnumisma no es la fuente más adecuada para informarse acerca de las últimas noticias sobre la moneda euro, por razones personales no es un sector que me interese y esa decisión se refleja claramente en las entradas que, con menor frecuencia que antaño, publico. Por supuesto ese mercado cuenta con un magnífico divulgador como es Numismática Visual , en sus entradas disponéis de las últimas noticias y primicias, por esa razón es un espacio muy activo y con varios premios por su labor, desde aquí, mi más sincero reconocimiento a su trabajo, que es muy duro. Sin embargo debo decir que echo en falta en los blogs y foros que he consultado un tema tan controvertido en el coleccionismo de euros como sería la respuesta a una pregunta aparentemente sencilla: ¿puedo pagar con una moneda de 12€ de plata la compra del día? Creo que la discusión más reciente la tuve con un forero de Imperio Numismático , reconocido por sus conocimientos en el mu...

1 rubia, la peseta de Negrín

Si tuviera que escoger un periodo numismático del pasado siglo XX me quedaría sin duda con el perteneciente a la II República; a muchos les puede chocar y argumentarán que no hay comparación con la belleza de los oros, pesetas y duros del centenario, incluso me dirán que, puestos a elegir simbología republicana por qué no fijarme en las piezas del Sexenio Revolucionario. Y tienen toda la razón, todo ese compendio numismático del llamado Centenario es un nostálgico heredero directo del prestigio de la moneda española en el mercado internacional.  Unos pocos seguramente entiendan mi preferencia por unas monedas de materiales pobres, inmersas en la transición desde el valor intrínseco al fiduciario, con diseños flojos y toscamente elaborados que dieron lugar a un sinfín de variantes. Pero estas monedas, que circularon apenas 7 años contienen una carga histórica como pocas. Para la entrada de hoy escogeré una de las más sencillas pero cuyo nombre ha quedado en el imaginario popular ha...

¿Por qué no aparece la efigie de Franco en los billetes?

Curiosa pregunta, que levante la mano el que no se la haya preguntado una vez y haya buscado en Ebay algún ejemplar de esos billetes que nunca circularon. Diversos modelos encontrados que han sido subastados por el portal Ebay, yo personalmente desconozco si realmente son reproduciones de pruebas originales o meras fantasías. Mientras que en las monedas hubo que esperar hasta 1946 para que empezaran los primeros trabajos de mano del escultor Mariano Benlliure y posteriormente de Manuel Marín; hasta el final de la Dictadura (aunque algunos académicos de la Real Academia de la Historia se empeñen en lo contrario). Sin embargo, esto nunca sucedió con los billetes.  La tradición notafílica de nuestro país resulta paradójica si pensamos que nunca se acuñó billete con la efigie del gobernante del momento si exceptuamos, quizá, dos únicos ejemplares: un billete de 1000pts del año 1915 conmemorando el matrimonio entre Alfonso XIII y Victoria Eugenia de Battenberg y la primera serie...